Es lo bueno del Atleti, que nunca defrauda, siempre es fiel a si mismo. Siempre cumple con los pronósticos. Allí donde esperas que gane fácil acaba pegándose un batacazo morrocotudo y dejando todas sus verguenzas al aire. Donde sabes que va a perder apela a la heróica y el que queda con las verguenzas al aire es el pronosticador. Puerta grande o enfermería, no hay más alternativa, no puede haberla. Podía haber ganado la final...que sé yo, 2-0, o perderla 2-0 también; pero eso habría sido una traición a la leyenda rojiblanca. Es la eterna esencia del Atlético de Madrid. El Atleti ganó de la única forma que sabe y podía hacerlo: medias caidas, gemelos subidos, fallos arriba, despistes abajo, lagrimas, épica y un héroe al que entronar, el único que nunca bajó los brazos y se echó el equipo a la espalda. Justicia poética. Cuando todos esperaban los penaltis todos sabíamos que era imposible que los hubiera; que el uruguayo se iba a meter con letras de oro y por merecimiento propio en el imaginario colectivo rojiblanco. Algún día tendrán que investigar las historia del universo a través de la historia del Glorioso Atlético de Madrid.
Una
vez me
dijeron que un texto te deja de pertenecer en el momento en
que lo rubricas con el punto final. A partir de ahi pasa a ser
propiedad de quienes lo leen. Y cada uno tiene su propio texto. De ser
cierto tengo que pedirte comprensión, algo de
cariño, paciencia y buen humor cuando no pienses como
yo...que será en muchas ocasiones.Espero que este blog sea
un humilde homenaje a aquellas reuniones nocturnas de nuestros abuelos;
leoneses que compartían vivencias y opiniones al calor de la
lumbre.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario