Una vez me dijeron que un texto te deja de pertenecer en el momento en que lo rubricas con el punto final. A partir de ahi pasa a ser propiedad de quienes lo leen. Y cada uno tiene su propio texto. De ser cierto tengo que pedirte comprensión, algo de cariño, paciencia y buen humor cuando no pienses como yo...que será en muchas ocasiones.Espero que este blog sea un humilde homenaje a aquellas reuniones nocturnas de nuestros abuelos; leoneses que compartían vivencias y opiniones al calor de la lumbre.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.

viernes, 17 de abril de 2009

HABLANDO CLARO SE ENTIENDE LA GENTE


Hace unas fechas fui a Valladolid al Congreso de sus Nuevas Generaciones. Fui atraído por un supuesto cóctel imaginario que nunca apareció; pero, sobre todo, por ver a algunos buenos amigos y escuchar en directo las perlitas de un tipo que para mí ha sido un ejemplo hasta que se jubiló. El cóctel, como digo, no apareció y las perlitas, tampoco. ¡Qué decepción! Pues no, la verdad que no. Venían tiempo atrás hablando de una ponencia que tenían como oro en paño, que expresaba verdades como puños y que pretendía ser eso mismo, puños en las mentiras de algunos.


"Ya están exagerando estos pucelanos" pensé yo convencido. Por aquí siempre hemos tenido a los chicos -y a los no tan chicos- de Valladolid como gente melindrosa, algo timoratos, mingafrias en el peor de los casos. Con el tiempo pensé que sería otra estrategia publicitaria para atraer gente a su Congreso, como lo del cóctel. El paso de los días me trajo la ponencia vía internet, a las tantas de la madrugada y con uno de los artífices en la sombra comentándome cada punto, haciéndome de Cicerone a través de las líneas. Lo cierto es que el mapa no necesitaba guía, se entendía por sí solo, hablaba claro y directo, quizá como nunca antes había escuchado hablar a alguien en política. Algunas de las cosas que decía llevaban la contraria a mis ideas, es lógico, en otras no estaba de acuerdo con la forma de expresarlo, es normal. Sin embargo, al acabar de leerlo, de un tirón, no pude menos que dar un aplauso virtual a la persona que me lo había hecho llegar. "Estas son mis ideas, ahí las tienes, no tengo otras, no pienso cambiarlas porque son mías, espero que las compartas, en caso de que no sea así, te respetaré y dialogaremos sobre ellas" parecía decir todo aquel escrito. Un golpe, un puñetazo a todos aquellos que viven sobre mentiras y tópicos obsoletos, pero sobre todo un verdadero KO a los funambulistas políticos que usan las ideas y las siglas para balancearse de unas a otras hasta siempre llegar a su objetivo.


Llegué a Valladolid -tarde, como siempre- conociendo lo mejor de su Congreso, sin embargo, aún me gustó más ver como un chico al que no había visto en mi vida hablaba emocionado de sus amigos y sus ideas, las mismas que yo había estado leyendo unas noches antes. El tipo hablaba con determinación, con conocimiento, se le notaba nervioso pero, sobre todo, se le notaba que creía aquello que estaba diciendo, por eso no tuvo ningún problema durante la intervención que dio a lo largo de más de diez minutos. Faltaba ver al nuevo presidente, a ese ya le conocía de antes y sabía que lo haría bien, fue una buena rubrica a un Congreso de gente que le dio una lección a los timoratos con una catarata de ideas claras

TINTA FRIA



Siempre me han interesado los medios de comunicación. Creo que ya hace mucho tiempo dejaron de ser el cuarto poder para ocupar un peldaño superior en cuanto a relevancia. En España, ya durante la I República con la proliferación masiva de diarios –algunos duraban días, especialmente en Cataluña- y, por supuesto, con la llegada de internet y el auge de los mass media.


Funcionan como altavoz del mensajero; un altavoz que selecciona extractos, opina, sintetiza a su manera, maquilla, deforma y hasta ridiculiza en algunos casos. Todos somos conscientes del poder de los medios. Ya nadie - ningún personaje público, se entiende- habla persona a persona con la sociedad, no se dirigen de forma directa a sus votantes; el canal ha cambiado. Es la gran perversión de la democracia: a quien más favorece es a los medios de comunicación. Una buena campaña mediática puede culpabilizar a un inocente, convertir a un candidato en elegido, hacer dimitir ministros o presidentes de clubes de futbol. Ninguna declaración nos llega sin haber sido previamente modulada por los mass media; la ventana global ha llegado.
Por eso hoy me quiero detener en los medios escritos leoneses, en dos en concreto. No voy a entrar a hablar de partidos, ni de instituciones, siglas o personas; ni siquiera de esos medios en concreto porque ambos sufren un mal común


Quede dicho, de forma previa y a modo de prólogo que inunde todo el texto, mi total admiración y reconocimiento a los excelentes profesionales de los periódicos leoneses. Gente que trabaja de sol a sol –cuando llueve también-, pegada a un ordenador y un móvil, que no son tratados con el respeto que merecen, ni recompensados de forma justa a su labor y esfuerzo.
Hace tiempo los directores o propietarios de los medios eran controlados por las instituciones públicas a través de la publicidad. Quien necesite un ejemplo sobre esto que consulte la “era chavista” en Andalucia.


La publicidad siempre ha sido el caballo de batalla de un diario local donde pocas grandes empresas están dispuestas a estampar su logo y donde las pequeñas firmas provinciales carecen de recursos. Por ello, no es desdeñable el control ejercido por cargos públicos a los medios mediante el uso de la publicidad.


De un tiempo a esta parte se han instalado en los diarios una nueva clase de jefes. Jefes a los que las únicas letras que les interesan son las de las licitaciones de obras. Con ellos muchos peligros y un control mucho más exhaustivo por parte de las instituciones. Estos jefes de ladrillo y grava han convertido los diarios en horas parroquiales, casi publicitarias de sus empresas matrices. Sirven de látigo de infieles –a la matriz se entiende- y de palmero para los más fieles. Los periodistas bajo sus órdenes quedan convertidos en meros picateclas porque la línea editorial es tan clara y tajante que no conviene salirse una letra. Y por si fuera poco está la crisis, la maldita crisis que azota con viento huracanado todo cuanto se mueve, la crisis que obliga a agudizar el ingenio o la mala leche. Algo así ha pasado en los medios, donde cualquier excusa económica es buena para reducir plantilla, apretar filas o darle otra vuelta de tornillo a la de por si dura línea editorial.


Entre medias cada vez menos lectores deciden bajar de casa, acercarse al kiosco, pagar un euro y llevarse el periódico a casa. Saben que van a leer sesenta páginas de publicidad encubierta. Más aún sabiendo que todo lo tienen a un solo click en su casa. Corren malos tiempos para la tinta. Por eso, es de agradecer cuando en internet Soplan nuevos aires frescos y renovados.
Vuelvo al principio y termino con una anécdota no significativa. Me preocupa sobremanera el papel de los medios, cada vez hay menos espíritus libres dispuestos a buscar la Verdad de la verdad. Cada vez hay más personas que por falta de tiempo y ganas se quedan atrapados en la verdad de los medios, un granero perfecto para advenedizos del ladrillo dispuestos a encontrar amplios mercados.


Cada vez más estamos en poder de los medios –valga o sirva la redundancia – que mediatizan lo que ocurre, lo adaptan, matizan y nos los sirven para nuestro consumo rápido, fast food en toda regla. Es duro ver que, quizá, lo más decisivo de las pasadas Generales fue que RZ daba mejor en pantalla y miraba a los ojos…de la cámara.


Cuentan que, en otros tiempos ya lejanos, la primera pregunta que recibió el arzobispo anglicano al llegar a Nueva York fue sobre la situación de las prostitutas en NY. Sorprendido, el sacerdote contesto: “ah… ¿hay prostitutas en esta ciudad?”. El titular de los rotativos del día siguiente versaba sobre que el arzobispo anglicano de Washington había preguntado, nada más poner píe en la ciudad, si había prostitutas en ella.

UN GOBIERNO EN CRISIS


Nunca la palabra crisis sirvió para definir mejor, de forma más certera, ni precisa, ni evocando tantos matices las remodelaciones ministeriales como la sufrida por el Gobierno unas fechas atrás. Lo del Gobierno de Zapatero no es un cambio, ni una remodelación, ni siquiera una desaceleración o cambio de ritmo; es una crisis con mayúsculas y en letras rojas, como los números de su gestión.


Nos desvela dos cosas su crisis de Gobierno. Por un lado el pasado, su segunda legislatura ya se puede calificar de fracaso en la gestión y cumplimiento de objetivos tan solo a un año de comenzar: todo un récord. Por otro lado el futuro. Aquella P negra de ZP, negra augurando el futuro de España, se empieza a caer. Con ella se van los Bernat, Cabrera, Malenis, el furtivo o el ministro cansado de no ejercer. Ya solo queda una Z roja, muy roja; roja de sectario y partidista, maniquea, victimista, trasnochada, felipista en los malos modos. Roja como los son políticos fracasados al estilo de Chaves o Trinidad Jiménez. El primero arrastró en su caída a toda una comunidad autónoma, resucitó las taifas en España mientras servía de ejemplo de cómo formar una red clientelar. A la otra los madrileños no se lo permitieron. González Sinde creo que es un fichaje de Rajoy, quiero creer que el presidente del Gobierno no es tan torpe, quiero creer que es un gol que le han metido. Lo que creo seguro es que esa ministra nos va a dar muchísimos votos, al tiempo.


Me gusta Pepe Blanco, creo que es una persona muy capaz y válida, lo digo en serio. Le considero artífice de las victorias de ZP, con mucha suerte y malos modos eso sí. Creo en él como un vendedor de coches usados que conseguido que la mayoría de españoles viesen un Ferrari donde sólo había un cuatro latas. En el pecado lleva la penitencia y mis miedos. Cada uno vale para su labor y cometido. Ser buen vendedor/publicista/estratega/político de raza no implica ser buen ministro de Fomento, casi al revés diría yo. En Fomento se buscan tecnócratas, gente sin pulso ni vocación política., altos funcionarios que tracen redes viarias, firmen proyectos y ejecuten con diligencia sin estorbar demasiado. En ese flanco perderán la batalla. La retirada del mariscal de campo socialista para meterle en plena refriega va a pasar una muy alta factura al PSOE.
Decía que se cae la P y nos queda una Z roja y solitario, metáfora perfecta de lo que viene. Metáfora perfecta de este nuevo Gobierno. Los sondeos, los últimos resultados electorales, la gente no perdona a un gobierno que miente. Y todos tienen fresca en la retina la imagen de Zapatero tratando de camuflar la crisis con palabras que se las llevaban las frías ventoleras de datos al día siguiente. Esa es la verdadera crisis de Zapatero, la que de verdad le duele y amenaza con dejarle en la cola del paro del Congreso de los Diputados, la misma que ocupaba hace ya un lustro.


Por nuestra parte sólo queda esperar, ayudar en lo poco que nos dejen, pedir la confianza a los españoles y solucionar una vez más los problemas que ha generado la rosa marchita. Quizá ahí radica nuestro problema y el de España: el PP se ha convertido en un paraguas o en un bunker – según caiga- que sirve de refugio cuando vienen muy mal dadas, como si no sirviéramos para las situaciones en que el viento sopla a favor. Urge cambiar esa idea porque no refleja la realidad. Quizá necesitemos un Pepe Blanco para ello; pero como vendedor de coches y no como ministro de Fomento.