Una vez me dijeron que un texto te deja de pertenecer en el momento en que lo rubricas con el punto final. A partir de ahi pasa a ser propiedad de quienes lo leen. Y cada uno tiene su propio texto. De ser cierto tengo que pedirte comprensión, algo de cariño, paciencia y buen humor cuando no pienses como yo...que será en muchas ocasiones.Espero que este blog sea un humilde homenaje a aquellas reuniones nocturnas de nuestros abuelos; leoneses que compartían vivencias y opiniones al calor de la lumbre.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.

martes, 25 de enero de 2011

GUÍA MIGUELÍN: EL PALESTINO

Antonio Salas lo ha vuelto a hacer. Esta vez, más intrépido que nunca, su objetivo ha sido infiltrarse entre terroristas internacionales. Porque, aunque el título del libro pueda inducir a pensar que lo hace entre los grupos terroristas palestinos, el libro viene a poner negro sobre blanco las relaciones existentes, activas y directas entre grupos insurgentes latinoamericanos (FARC, tupamaros, bolivarianos…), radicales islamistas, IRA y etarras.

El libro engancha desde la página uno como pocos lo hacen. Tal vez como sólo lo puede conseguir La Reina del Sur con esa frase inicial que pasa por ser una de las mejores de la novela patria. La investigación tiene mucho que contar y por eso, aunque no sea ninguna maravilla literaria logra mantenernos pegados al papel hasta el final.

Si bien es cierto que tiene algunos puntos negros. Por empezar, el libro es un canto al relativismo en el que Salas parece mantener unos prejuicios previos de los que ha sido incapaz de despojarse. Más bien lo contrario. Salas se empeña desde el minuto cero hasta el final en demostrarnos que unos y otros son iguales. Una y otra vez pretende empatizar con las acciones terroristas tratando de ofrecernos su punto vista. Esto es, a pesar de que en ningún momento justifica sus acciones sino todo lo contrario, el autor se empeña en atenuar y tamizar sus actos por diferentes vías (cultura, acción de sus enemigos, contexto social…). Incluso, llega a dar una visión de los terroristas que rozan la chapuza y el patetismo, incapaces de causar daño por su ineptitud. Tal vez todo se deba a un cargo de conciencia por haberles colado un gol del que los peor parados resultan ser todos los grupúsculos radicales de asesinos y mercenarios que se mueven orbitando en torno a Hugo Chávez. La defensa realizada del presidente venelozano roza lo surrealista, quedando este como un tipo que tiene la mala suerte de vivir rodeado de sicarios incontrolados a pesar de sus improbos esfuerzos por guiarles en el buen camino. Entre medias, alusiones a teorias conspiranoicas sobre Al Qaida, Ben Laden y los atentados del 11-S; teorias imposibles de descifrar de no haberse adentrado antes en los libros de Bruno Cardeñosa o Thierry Meyssan.

Dicho esto, el libro es entretenido y sirve para formarse un punto de vista inicial sobre la situación política de determinados países que acusan con mayor ferocidad los golpes del terrorismo. En especial, es interesante para obtener un punto de arranque de conocimiento en el conflicto palestino israelí. Tal vez lo mejor del libro. También para obtener algunas nociones más que interesantes sobre la cultura musulmana, temida en los occidentales entre otras razones por desconocida. Y desde luego, el trabajo, la investigación, además de titánica es merecedora de toda alabanza. Así como deliciosa es la historia de Ali Bey que Antonio Salas rescata del olvido.

Por cierto, y respecto al asunto final, me parece muy interesante una reflexión que escuche hace no mucho a Enrique Zimmerman. El corresponsal venía a decir que en el conflicto latente han sobrado líderes dispuestos a enfrentarse al enemigo y han faltado líderes con el coraje suficiente para decirle a los suyos lo que no quieren escuchar.

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