Voy a ser el primer ave carroñera. Soy así de cainita, lo reconozco. No nos engañemos. La nuestra era Madrid 2012 y no pudo ser por un tipejo que en vez de meterse el dedo en sálvese la parte lo colocó en el botón equivocado. El tema de la rotación de continentes supone una excusa perfecta e inapelable para tumbarnos aunque las razones reales sean bien diferentes. Aquella sí era nuestra oportunidad. París, Londres, Madrid y el que más chifle capador. Como en los chistes: el francés, el inglés y Gallardón.
Ahora nos han jodido los nuestros, los europeos digo. ¿Por qué? Porque por mucho rey campechano y olímpico que tengamos aquí cada perro se lame su pijo y un Madrid 2016 significa una bala perdida para Roma, Zurich, Moscú o Munich, por ejemplo. Hemos pecado de apresurados, de faltos de paciencia. A falta de 2012 tocaba quedarse a esperar al tren de 2020. Aquí importa poco la valoración de la candidatura y mucho el juego de intereses, el egoismo nacional y la alta política. Eso sí, nada que reprochar a nadie. La ciudad perfecta, las intervenciones sublimes, el espiritu olímpico por las nubes, la diplomacia inmejorable y la unidad que deberíamos tener para todos los asuntos trascendentales de los españoles.
Visto el patio, propongo a Pacofer que coja a Lazaro García Bayón y se pongan mano a mano a diseñar una candidatura virtual en un rato que les sobre tiempo. León 2020: el salto de zanja y la maratón a través del carril bici ya lo tenemos solucionado.
0 comentarios:
Publicar un comentario