Estos días ha habido una corriente de indignación generalizada con el asunto Wikileaks. Leyéndolo por la prensa, no parece habernos descubierto nada que no sepamos ya: la guerra es muy perra y allí un centavo o una onza son más valiosas que casi cualquier vida. Nos lo han contado quienes las han vivido y aún viven para contarlo, léase (literalmente) Pérez Reverte o Sistiaga. El problema viene de que vivimos en el mundo de lo políticamente correcto y el prisma eufemístico. Por se nos ha olvidado la atrocidad que supone una guerra con palabros como daños colaterales, misión de paz, víctimas civiles y demás mierdas varias para untarnos las heridas en almíbar y que los muertos nos entren mejor por los ojos desde el tubo catódico. Luego nos escandalizamos…
Por cierto, impagable el momento de Leire Pajín tratando de felicitar a Vargas Llosa por su Premio Nobel sin ser capaz de decir una sola obra del literato por más que la periodista le interrogaba una y otra vez sobre ello. Si tuviera el mismo sentido del humor que León de la Riva diría que Pajín se hizo un apellido por hablar de lo que no tiene puta idea. A ver si soy capaz de rescatarlo en breve…
Por cierto, impagable el momento de Leire Pajín tratando de felicitar a Vargas Llosa por su Premio Nobel sin ser capaz de decir una sola obra del literato por más que la periodista le interrogaba una y otra vez sobre ello. Si tuviera el mismo sentido del humor que León de la Riva diría que Pajín se hizo un apellido por hablar de lo que no tiene puta idea. A ver si soy capaz de rescatarlo en breve…
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