Ya he visto Up in the air. Por definirla: pretenciosa y sugerente. Tengo la sensación de que el brillante Jason Reitman vive obsesionado con impactar en cada frase del guión a los espectadores. Lo cual está bien si no se nota, mal si es tan evidente como en esta última obra del canadiense. Pretende ser tan ingeniosa y chispeante como Gracias por fumar y ser, por momentos, tan conmovedora como Juno; sin lograr nada de lo que ambiciona. Le falta pulso y ritmo en algunas fases de la película. Desde luego no llega a la brillantez, al ingenio, a la irreverencia y originalidad de su primera obra, Gracias por Fumar que, casualmente, es la que menor apoyo de crítica y público recogió.
Tiene una fotografía brillante, de ese tipo de fotogramas que evocan, y las actuaciones rozan lo excepcional. Desde una atribulada Anna Kendrick pasando por una Vera Farmiga ambigua de cuya mirada siempre parece trascender que esconde algo hasta llegar a un Clooney soberbio, dominador de cada sensación que quiere transmitir.
Eso sí, es sugerente, mucho, da píe a la reflexión. El punto de partida es interesante y el giro argumental, a pesar de verse venir unos cuantos minutos antes de producirse, la convierte en ese tipo de películas que puede llegar a dar por cerradas etapas vitales. ¿Qué tiene Ryan Bingham en la mochila? Sobre ese concepto hace girar Reitman la película: cargas, responsabilidades, soledad, dobles vidas, pánico al abismo del cambio, frustración, compromiso, espacios personales. La mochila invisible con la que cargas desde el momento de adquirir uso de razón. Una interesante reflexión sobre esos aspectos trazando conclusiones y pensamientos personalísimos con los que, a mí en concreto, se me hace imposible estar en desacuerdo. Pero a cada uno le sugerirán cosas diferentes.
Eso sí, es sugerente, mucho, da píe a la reflexión. El punto de partida es interesante y el giro argumental, a pesar de verse venir unos cuantos minutos antes de producirse, la convierte en ese tipo de películas que puede llegar a dar por cerradas etapas vitales. ¿Qué tiene Ryan Bingham en la mochila? Sobre ese concepto hace girar Reitman la película: cargas, responsabilidades, soledad, dobles vidas, pánico al abismo del cambio, frustración, compromiso, espacios personales. La mochila invisible con la que cargas desde el momento de adquirir uso de razón. Una interesante reflexión sobre esos aspectos trazando conclusiones y pensamientos personalísimos con los que, a mí en concreto, se me hace imposible estar en desacuerdo. Pero a cada uno le sugerirán cosas diferentes.
5 comentarios:
Si no nos movemos rápido morimos jóvenes...no somos cisnes sino tiburones.
¿y por qué no tortugas? ya sabes, su secreto...nunca parar, ir despacio, seguro, movimientos torpes pero rectificables. avanzando siempre ;)
porque ellas son mucho más longevas que tú, pueden permitirse tomarse la vida con calma ;)
No vale, ¿cuánto vive una tortuga? ¿200 años? :p algo más del doble de lo que vivimos nosotros y sin embargo...¿a cuánta más velocidad que ellas vas tú?
Por cierto, es significativo que entre una inofensiva lola, un elegante cisne y un depredador del agua te quedes con el tiburón. curioso...jeje
Además, te olvidas de lo más importante: soy inmortal ;)
1. Podrías haber sido más hábil y sacar la hibernación (que les debe quitar muchos años)en lugar de la velocidad.
2.No me quedo con nada, eso díselo al de la peli, yo sólo puse su frase...
3.No te valgas de fantasías para intentar arreglar que has quedado mal.Hay que saber perder!
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