Una vez me dijeron que un texto te deja de pertenecer en el momento en que lo rubricas con el punto final. A partir de ahi pasa a ser propiedad de quienes lo leen. Y cada uno tiene su propio texto. De ser cierto tengo que pedirte comprensión, algo de cariño, paciencia y buen humor cuando no pienses como yo...que será en muchas ocasiones.Espero que este blog sea un humilde homenaje a aquellas reuniones nocturnas de nuestros abuelos; leoneses que compartían vivencias y opiniones al calor de la lumbre.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.

lunes, 22 de marzo de 2010

CON DOS RIÑONES


Pues sí amigos, así es. Así es como la nueva Francia de Lievremont se ha llevado por delante el Grand Slam y a todos los equipos del VI Naciones. Contra todo pronóstico y con dos riñones. Atrás queda el rugby champán de los Serge Blanco, Saint - Sella y compañía que muchos no llegamos a ver. También queda en el retrovisor la Francia de Fabian Guardiola Galthié con Lamaison tirando flechas a las espaldas de los All Blacks. Todo un espectáculo que ya nos suena a batallitas de las que nos contaban nuestros abuelos cuando la guerra. El rugby que se destila ahora son kilos, riñones y mucho oval al suelo. Por desgracia, ya se acabó aquello de balón a los tres cuartos y el último que llegue se come el revolcón. Ya ni siquiera los neozelandeses se desmelenan, y si lo hacen es practicando el off load y poco más.
Eso lo ha entendido muy bien el entrenador galo para hacer claudicar a sus rivales. Tocaba ser más británicos que los más británicos del lugar y los franceses han sabido serlo. Les ha costado como es lógico; acostumbrados a su natural elegancia, a su infinita clase y a su savoir faire cuesta que te digan que hay que mancharse y remar en galeras. Los elegantes Blanco, Lamaison, Sella, Dourthe, Galthie han dejado paso a arietes como Barcella, Picamoles, Dusatoir o el mediático Chabal sobre los que gira el nuevo poder bleu. Han pasado por encima de una Inglaterra que aún busca su identidad y caras ilusionantes más allá de su Cid Campeador Wilkinson. Han burlado a la favoritísima Irlanda, que aún debe estar pensando en la oportunidad marrada con una de sus mejores generaciones. Una victoria que, antes de producirse sobre el tapete, ya se había fraguado en el sorteo.
Lo cierto es que para los orgullosos gallos ha sido toda una cura de humildad aprender que el rugby moderno se gana en partidos lentos, trabados, aburridos, densos, de fuerza y empuje. Justo cuando mejor quedan las ceñidas camisetas de modernos tejidos sobre cuerpos de Adonis metrosexuales, el dios del rugby dicta que hay que ganar a base de tipos feos con orejas deformes y narices chatas. Así sea pues. De si es más bonito o más feo que antaño hay opiniones para todos los gustos y es otro asunto a discutir.
Y mientras tanto, a España le siguen pintando el morro cada vez que quince georgianos, rumanos o portugueses se pasan a hacer visita por la Central de Madrid. Que envidia de nuestros vecinos y que desgracia de Federación.

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