Una vez me dijeron que un texto te deja de pertenecer en el momento en que lo rubricas con el punto final. A partir de ahi pasa a ser propiedad de quienes lo leen. Y cada uno tiene su propio texto. De ser cierto tengo que pedirte comprensión, algo de cariño, paciencia y buen humor cuando no pienses como yo...que será en muchas ocasiones.Espero que este blog sea un humilde homenaje a aquellas reuniones nocturnas de nuestros abuelos; leoneses que compartían vivencias y opiniones al calor de la lumbre.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.

sábado, 2 de mayo de 2009

GLORIA AL VENCIDO


Fue el mejor espectáculo del mundo, un duelo al amanecer sin miedo ni piedad; dos equipos que se jugaban la Liga volcados en cada acción, a campo abierto. Incomparable, inconmensurable.


Ganó el Barcelona porque tenía que ganar. El Real Madrid puso el listón muy alto, le pidió a los de Guardiola su mejor versión y estos se la dieron ampliada a noventa minutos; una lección de cómo jugar a este deporte para ganar y maravillar. Me quedo con el Madrid, me apetece hablar de ese equipo. Hay gestas que necesitan no conseguir premio para convertirse en leyenda: la heroicidad del caído que ya confunde la sangre del enemigo con la suya propia y que sigue blandiendo la espada de rodillas. Hay maneras de ganar y maneras de perder, el Madrid ayer encarnó las virtudes de los mejores guerreros: honorabilidad, pasión, esfuerzo, lealtad a sus compañeros, incluso reconocimiento a los vencedores. Ha sido encomiable esa pelea suicida, kamikaze, del Madrid de los últimos meses, peleando con piedras, hachas y toda la fe del mundo.

Me quedo con Raúl, un tipo que nunca me ha sido simpático. Él, que es tan español como la tortilla de patata, se quedó, por méritos propios, sin cumplir el sueño de levantar la Eurocopa con La Roja. En vez de arruinar su carrera posterior reaccionó con bravura y casta. Él, que lo ha ganado casi todo, que está de vuelta, que tiene más dinero que algunas plantillas enteras de Primera División; él, que ya es una leyenda, sigue levantándose cada día para jugarse el físico en cada balón. Sus compañeros hablan de Raúl como un ejemplo a la hora de correr, pelearse, trabajar o entrenar y tienen razón.


Ha sido una persecución heroica, bonita por lo que tiene de ejemplar, épica por lo descompensado, indomable por la raza e intrépida cuanto más rocambolesca y cuesta arriba se colocaba. Me gusta del Madrid su fe, su forma de caer derrotado, dejándose cada gota de sudor sobre el tapete. Me gusta su rabia encendida, ganando partidos a base de coraje, sabedor que no podía hacerlo de otra forma. Me gusta que tipos que conducen un Ferrari se dejen la piel en una remontada imposible. Sobre todo al compararles con otros más cercanos, incapaces de dar una patada a un bote y que se creen tocados por la varita del dios del fútbol. Me gusta ver a Higuain gritarle al mundo que nada es imposible y creer en las posibilidades propias como si fueran ilimitadas.


¿El ganador? El reino del Barcelona no es de este mundo. Toca disfrutar de un equipo maravilloso, artista siempre y al que la inspiración siempre le pilla trabajando.

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