Una vez me dijeron que un texto te deja de pertenecer en el momento en que lo rubricas con el punto final. A partir de ahi pasa a ser propiedad de quienes lo leen. Y cada uno tiene su propio texto. De ser cierto tengo que pedirte comprensión, algo de cariño, paciencia y buen humor cuando no pienses como yo...que será en muchas ocasiones.Espero que este blog sea un humilde homenaje a aquellas reuniones nocturnas de nuestros abuelos; leoneses que compartían vivencias y opiniones al calor de la lumbre.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.

viernes, 17 de abril de 2009

TINTA FRIA



Siempre me han interesado los medios de comunicación. Creo que ya hace mucho tiempo dejaron de ser el cuarto poder para ocupar un peldaño superior en cuanto a relevancia. En España, ya durante la I República con la proliferación masiva de diarios –algunos duraban días, especialmente en Cataluña- y, por supuesto, con la llegada de internet y el auge de los mass media.


Funcionan como altavoz del mensajero; un altavoz que selecciona extractos, opina, sintetiza a su manera, maquilla, deforma y hasta ridiculiza en algunos casos. Todos somos conscientes del poder de los medios. Ya nadie - ningún personaje público, se entiende- habla persona a persona con la sociedad, no se dirigen de forma directa a sus votantes; el canal ha cambiado. Es la gran perversión de la democracia: a quien más favorece es a los medios de comunicación. Una buena campaña mediática puede culpabilizar a un inocente, convertir a un candidato en elegido, hacer dimitir ministros o presidentes de clubes de futbol. Ninguna declaración nos llega sin haber sido previamente modulada por los mass media; la ventana global ha llegado.
Por eso hoy me quiero detener en los medios escritos leoneses, en dos en concreto. No voy a entrar a hablar de partidos, ni de instituciones, siglas o personas; ni siquiera de esos medios en concreto porque ambos sufren un mal común


Quede dicho, de forma previa y a modo de prólogo que inunde todo el texto, mi total admiración y reconocimiento a los excelentes profesionales de los periódicos leoneses. Gente que trabaja de sol a sol –cuando llueve también-, pegada a un ordenador y un móvil, que no son tratados con el respeto que merecen, ni recompensados de forma justa a su labor y esfuerzo.
Hace tiempo los directores o propietarios de los medios eran controlados por las instituciones públicas a través de la publicidad. Quien necesite un ejemplo sobre esto que consulte la “era chavista” en Andalucia.


La publicidad siempre ha sido el caballo de batalla de un diario local donde pocas grandes empresas están dispuestas a estampar su logo y donde las pequeñas firmas provinciales carecen de recursos. Por ello, no es desdeñable el control ejercido por cargos públicos a los medios mediante el uso de la publicidad.


De un tiempo a esta parte se han instalado en los diarios una nueva clase de jefes. Jefes a los que las únicas letras que les interesan son las de las licitaciones de obras. Con ellos muchos peligros y un control mucho más exhaustivo por parte de las instituciones. Estos jefes de ladrillo y grava han convertido los diarios en horas parroquiales, casi publicitarias de sus empresas matrices. Sirven de látigo de infieles –a la matriz se entiende- y de palmero para los más fieles. Los periodistas bajo sus órdenes quedan convertidos en meros picateclas porque la línea editorial es tan clara y tajante que no conviene salirse una letra. Y por si fuera poco está la crisis, la maldita crisis que azota con viento huracanado todo cuanto se mueve, la crisis que obliga a agudizar el ingenio o la mala leche. Algo así ha pasado en los medios, donde cualquier excusa económica es buena para reducir plantilla, apretar filas o darle otra vuelta de tornillo a la de por si dura línea editorial.


Entre medias cada vez menos lectores deciden bajar de casa, acercarse al kiosco, pagar un euro y llevarse el periódico a casa. Saben que van a leer sesenta páginas de publicidad encubierta. Más aún sabiendo que todo lo tienen a un solo click en su casa. Corren malos tiempos para la tinta. Por eso, es de agradecer cuando en internet Soplan nuevos aires frescos y renovados.
Vuelvo al principio y termino con una anécdota no significativa. Me preocupa sobremanera el papel de los medios, cada vez hay menos espíritus libres dispuestos a buscar la Verdad de la verdad. Cada vez hay más personas que por falta de tiempo y ganas se quedan atrapados en la verdad de los medios, un granero perfecto para advenedizos del ladrillo dispuestos a encontrar amplios mercados.


Cada vez más estamos en poder de los medios –valga o sirva la redundancia – que mediatizan lo que ocurre, lo adaptan, matizan y nos los sirven para nuestro consumo rápido, fast food en toda regla. Es duro ver que, quizá, lo más decisivo de las pasadas Generales fue que RZ daba mejor en pantalla y miraba a los ojos…de la cámara.


Cuentan que, en otros tiempos ya lejanos, la primera pregunta que recibió el arzobispo anglicano al llegar a Nueva York fue sobre la situación de las prostitutas en NY. Sorprendido, el sacerdote contesto: “ah… ¿hay prostitutas en esta ciudad?”. El titular de los rotativos del día siguiente versaba sobre que el arzobispo anglicano de Washington había preguntado, nada más poner píe en la ciudad, si había prostitutas en ella.

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