Una vez me dijeron que un texto te deja de pertenecer en el momento en que lo rubricas con el punto final. A partir de ahi pasa a ser propiedad de quienes lo leen. Y cada uno tiene su propio texto. De ser cierto tengo que pedirte comprensión, algo de cariño, paciencia y buen humor cuando no pienses como yo...que será en muchas ocasiones.Espero que este blog sea un humilde homenaje a aquellas reuniones nocturnas de nuestros abuelos; leoneses que compartían vivencias y opiniones al calor de la lumbre.
Bienvenido a este lugar que ya es de los dos.

lunes, 30 de marzo de 2009

EL LEÓN QUE VINO


Todos los leoneses recordamos, para nuestro infortunio, el célebre lema con el que Paco Fernández nos obsequió los oídos. Un lema que le sirvió para entrar en la planta séptima del Consistorio apoyado en dos muletas llamadas Pardo y Chamorro.


“El León que viene” era su frase de cabecera, la que diseñaron sus jefes de campaña, hoy convertidos en Jefes de León. Hablaban de una ciudad endeudada, antigua, anquilosada, mal gestionada por Mario Amilivia. Prometían todo lo contrario, aderezado con un poco de leonesismo rancio y trasnochado, ese leonesismo de pancarta y victimismo que nos hace sentir como mendigos reclamando limosna a la puerta de nuestra Pulchra.


Hoy, casi dos años después de que los ciudadanos leoneses confiasen la gestión de su tesoro más preciado a Francisco Fernández, el resultado no puede ser más evidente. Ni más decepcionante para los que, de forma equivocada, confiaron en él. No les culpo, un embaucador siempre goza de una primera oportunidad, rara vez tiene una segunda, no debe tenerla nunca.


El León que viene es el León de Francisco Fernández. Un alcalde que cuenta sus días por errores, sonados escándalos, despropósitos, desgobierno y embustes a cada cual mayor.El León que ya vino es el León sin alumbrado, con parques descuidados, con calles repletas de basura, sin mejoras, edificios abandonados, patrimonio turístico que parece administrado por nuestra competencia… La mejor prueba de la no labor socialista es dar un paseo por León, máxime ahora que nos visita puntual la primavera. Esta no es nuestra ciudad que nos la ha cambiado. Y tanto. Nunca se vio un León tan gris, tan sombrío, tan apagado…casi tan apagado como el alcalde.


Un Fernández que ahora le ha dado por privatizar, casualmente lo único que da saldo positivo en nuestra ciudad. ¿No sabe sumar o hay gato encerrado? Suena sospechoso, tanto que su número dos le deja tirado por coherencia y honradez.


Fernández decía, prefiere estar a otras cosas. Primero a tomarse revancha con los más débiles, ya se sabe aquello de “fuerte con los débiles y cobarde con los poderosos”. Por la puerta principal salen honrados trabajadores municipales despedidos para que entren otros menos trabajadores por la puerta de servicio. Clientelismo puro y duro.


También está Fernández a sus cosas que nunca son las nuestras. Sus cosas son los empresarios de altos vuelos, los que hacen correr ríos de tinta virtual y con los que tenía una deuda que ya está bien pagada. Nunca un alcalde lo fue de tan pocos ni en contra de tantos. Fernández está out, missing, fuera de cobertura cuando no apagado.


Un tipo extraño este Fernández, al que antes de haber llegado ya le están buscando sustituto, un caballo Blanco con muchas manchas negras. Este es el León que vino…y se irá, añado yo. Un León gobernado por un alcalde oculto, pusilánime, sin pulso, sin ganas, sin actitud ni aptitud. Un León en el que todos los cambios siempre han sido para peor. Si este es el León que iba a venir…vete pronto y no vuelvas. Por nuestro bien.

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